¿Qué le dejan a Chile estos 30 años de Mons. Goic como obispo? Una muestra de que la Iglesia puede ser capax mundi. No quiere decir que la Iglesia solucione todos los problemas del mundo (el mundo nos desborda, como dice Cepe en su comentario al post anterior ), pero sí que la Iglesia tiene algo que decir en un lenguaje accesible a toda la sociedad y aportar su mirada desde la fe, aun a quienes no comparten su credo.
Como vicario general en Punta Arenas formó junto a pastores evangélicos un Comité Pro-Paz en tiempos de dictadura (como señala él mismo en la buena entrevista que aparece en la página de la Diócesis de Rancagua), para defender los derechos humanos.
Ya como Obispo auxiliar en Concepción, trabajó principalmente con los jóvenes, los pobres y las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. De Concepción pasó a Talca (también como Obispo Auxiliar), Osorno y Rancagua, en las dos últimas diócesis como Obispo Titular (sigo esta biografía).
En 2004, los Obispos de Chile lo nombraron presidente de su Conferencia, cargo que renovaron en 2007. Desde que asumió la Presidencia de la CECh su voz se ha hecho importante en todos los grandes temas país, no sólo por la relevancia eclesial de su cargo sino también por la autoridad que proyecta su amplitud de mirada y sensatez de palabra. Un breve recuento de algunas de sus intervenciones a nivel público puede ayudar a refrescar la memoria. En septiembre de 2006, Mons. Goic acercó al Gobierno y la CONFENATS en medio de la crisis de la salud. En julio de 2007 medió entre los trabajadores subcontratados de Codelco, sus contratistas y el Gobierno.
Al mes siguiente vendría una de sus intervenciones de más impacto (si es que no la de mayor impacto). En medio de la discusión por el sueldo mínimo, su propuesta de un sueldo ético ($250.000) generó gran debate público, a tal punto que la Presidenta Bachelet formó la recordada Comisión de Equidad. Siguiendo con el recuento, a inicios del año siguiente Monseñor Goic fue importante en que la activista mapuche Patricia Troncoso (la "Chepa") depusiera su huelga de hambre. Tras la resolución de la mujer de acabar la huelga, Monseñor Goic emitió la declaración "Gracias a la vida", en que "la Iglesia compromete su palabra y su acción para que [el tema mapuche] lo podamos abordar como sociedad en su conjunto". A fines del año pasado, hizo un llamado a los empresarios a cuidar los empleos durante la crisis. En estos días, su nombre ha sonado como posible mediador en el conflicto entre Gendarmería y el Gobierno.
Frente a la pregunta de El Mercurio sobre qué le dejan estos 30 años como Obispo, responde: "Una profunda gratitud a Dios y pedir perdón por mis limitaciones. Pero también feliz por entregar mi vida a Cristo y a la gente. La historia chilena reciente nos demuestra que el diálogo es la mejor forma para resolver los conflictos sociales. Lo peor que le puede suceder a un país es su ruptura constitucional."
¿Qué le dejan a Chile estos 30 años de Mons. Goic como obispo? Una muestra de que la Iglesia puede ser capax mundi. No quiere decir que la Iglesia solucione todos los problemas del mundo (el mundo nos desborda, como dice Cepe en su comentario al post anterior ), pero sí que la Iglesia tiene algo que decir en un lenguaje accesible a toda la sociedad y aportar su mirada desde la fe, aun a quienes no comparten su credo.
Por eso, sin saber cada cuánto se dará el premio (ni siquiera si se dará de nuevo) ni muchas cosas más, Monseñor Goic se gana el Premio Capax Mundi en esta ocasión. Muchas gracias, Monseñor Goic, por toda su labor.
(foto: tomada de la biografía de monseñor Goic en la página de su diócesis y la medalla de otro lugar)
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