sábado, 30 de mayo de 2009

"En la unidad de los cristianos está en juego la credibilidad de su mensaje"

En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, entrevistamos a Monseñor Alberto Jara, quien hace poco más de un año preside la Comisión Nacional de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la CECh. Esta comisión se ocupa del diálogo con otras confesiones cristianas y religiones a nivel país desde la Iglesia Católica (oikoumene = "casa común"). Mons. Jara durante 24 años fue Obispo titular de Chillán y desde 2006 es obispo emérito (es decir, "pasó a retiro").

- ¿Qué está en juego para la Misión de la Iglesia en el ecumenismo?
Es clave. Lo dice el Evangelio: "que todos sean uno para que el mundo crea" (Jn 17,21). Lo que está en juego es la credibilidad del mensaje. Imagínate lo difícil que es anunciar la palabra de Dios en un lugar cuando se hace con
tres voces distintas, que no se ponen de acuerdo.
Los últimos dos Papas han puesto un énfasis fuerte en el Ecumenismo.

- Después del auge del Ecumenismo en torno al Concilio Vaticano II, parece ser que ha desaparecido de la primera línea de los temas de la Iglesia. ¿Qué ha pasado?
Es cierto que parece que después de un gran avance, desapareció de los temas. Sin embargo, se ha ido avanzando, se han ido solucionando problemas doctrinales muy importante. Imagínate la declaración de hace unos años: cristianos y luteranos concluyeron que estaban de acuerdo en la disputa entre la gracia y las obras, después de siglos de disputas...
Pero hay tantas razones para la división, no es sólo cabeza: historia, peleas, sensibilidades distintas. Un ejemplo, cuando cayó el muro de Berlín el Papa nombró obispos para Rusia o Ucrania, no recuerdo. Y eso fue terrible para la Iglesia Ortodoxa -no sé si Rusa o de dónde-, porque consideraba que esa zona les correspondía.
Aunque éste no es el problema en Chile, no es el de las grandes iglesias. El principal tema aquí es el Pentecostalismo que, en algunos casos, tiene como elemento de identidad el ser anticatólico.

- En la parroquia de La Legua, por ejemplo, se hace un Te Deum ecuménico para las fiestas patrias, entre el párroco católico y un pastor evangélico ¿Qué valor tienen estos esfuerzos de unidad a nivel más local?
Es una gran cosa, sin duda. Por otra parte, los organismos civiles tienden al ecumenismo, a veces por motivos políticos, pues reciben votos desde las distintas iglesias.
Pero es difícil. Una vez un pastor me dijo: "¿Para qué engañamos a la gente? ¿Para qué le decimos que somos lo mismo si no lo somos? No somos iguales." Yo le dije que, por lo menos, podíamos rezar juntos el Padrenuestro, pero él me dijo "es que no somos hermanos". Es un caso muy particular, pero muestra que a veces es difícil el ecumenismo.
Yo fui párroco antes de ser Obispo de Chillán y es difícil hacer algo ecuménico cuando se ve una comunidad débil doctrinalmente, la gente se podía confundir. Además, a veces se producen tensiones en las mismas comunidades evangélicas.
Pero aun con estas dificultades es importante esforzarse por la unidad de los cristianos. Para el ecumenismo es importante la oración. Y también una labor muy humilde, muy sencilla: cercanía con el pastor, siempre se podrá ir a tomar una taza de te con él. Si se puede hacer un servicio juntos, mejor. Y hacerlo sin comprometer a las iglesias, sino a nivel personal primeramente.

- La Conferencia de Aparecida ha invitado a los católicos a un rol misionero más activo. ¿Puede afectar este llamado a la causa de la unidad de los cristianos?
Es indudable que la Iglesia Católica pierde adherentes y algunos de ellos se van al Pentecostalismo. Aparecida tiene un número muy importante (D 225-226), en que se analizan las causas de esto. Y como Iglesia nos echamos la culpa de que se vayan y, más aun, se señalan cuatro puntos en que la Iglesia debe aprender del Pentecostalismo. Debemos aprender mucho de ellos, nuestra pastoral debe ser renovada en muchos aspectos.

- ¿Qué puede hacer el cristiano "de a pie" para ayudar a la unidad de los cristianos?
Primero que todo, conocer su propia Iglesia. La ignorancia entre los católicos es fenomenal. Hay que tener claros los temas polémicos: la apostolicidad de la Iglesia (esto es, que viene directamente de los apóstoles), la virginidad de María, la intercesión de los santos. El mundo de hoy es muy subjetivista, asimila verdad y satisfacción, por lo que se pierde la claridad doctrinal.
Por otra parte, es importante el respeto mutuo, el respeto al que piensa distinto, suponer la buena intención del otro.
Tercer punto, la oración por la unidad. Y una oración por lo del Evangelio de mañana [del jueves, Jn 17, 20-26]: porque la unidad de los creyentes es voluntad de Jesucristo.

- Por último, don Alberto, ¿qué podemos esperar del ecumenismo? Al mirar hacia el futuro, ¿cómo podemos imaginarnos la unidad de los cristianos: todos bajo el mismo Papa, una Iglesia unida pero más diversa o de otro modo?
No son contradictorios. Tiene que haber un Pedro. Ahora, ¿cómo ejerce el ministerio petrino? El mismo Papa lo planteó, Juan Pablo II. Puede ser un modo distinto al de hoy, que es más similar a una monárquía. Tal vez puede haber más sínodos; hoy ya hay algunos. El mismo Juan Pablo II pidió con mucha humildad que le dieran ideas. Las expresiones pueden ser distintas a las de hoy.

jueves, 28 de mayo de 2009

Premio Capax Mundi: Monseñor Goic

¿Qué le dejan a Chile estos 30 años de Mons. Goic como obispo? Una muestra de que la Iglesia puede ser capax mundi. No quiere decir que la Iglesia solucione todos los problemas del mundo (el mundo nos desborda, como dice Cepe en su comentario al post anterior ), pero sí que la Iglesia tiene algo que decir en un lenguaje accesible a toda la sociedad y aportar su mirada desde la fe, aun a quienes no comparten su credo.

Ayer Monseñor Alejandro Goic celebró 30 años desde que fue ordenado obispo. Desde sus primeros años como sacerdote, Monseñor Goic ha estado muy vinculado a temas de orden social.
Como vicario general en Punta Arenas formó junto a pastores evangélicos un Comité Pro-Paz en tiempos de dictadura (como señala él mismo en la buena entrevista que aparece en la página de la Diócesis de Rancagua), para defender los derechos humanos.
Ya como Obispo auxiliar en Concepción, trabajó principalmente con los jóvenes, los pobres y las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. De Concepción pasó a Talca (también como Obispo Auxiliar), Osorno y Rancagua, en las dos últimas diócesis como Obispo Titular (sigo esta biografía).
En 2004, los Obispos de Chile lo nombraron presidente de su Conferencia, cargo que renovaron en 2007. Desde que asumió la Presidencia de la CECh su voz se ha hecho importante en todos los grandes temas país, no sólo por la relevancia eclesial de su cargo sino también por la autoridad que proyecta su amplitud de mirada y sensatez de palabra. Un breve recuento de algunas de sus intervenciones a nivel público puede ayudar a refrescar la memoria. En septiembre de 2006, Mons. Goic acercó al Gobierno y la CONFENATS en medio de la crisis de la salud. En julio de 2007 medió entre los trabajadores subcontratados de Codelco, sus contratistas y el Gobierno.
Al mes siguiente vendría una de sus intervenciones de más impacto (si es que no la de mayor impacto). En medio de la discusión por el sueldo mínimo, su propuesta de un sueldo ético ($250.000) generó gran debate público, a tal punto que la Presidenta Bachelet formó la recordada Comisión de Equidad. Siguiendo con el recuento, a inicios del año siguiente Monseñor Goic fue importante en que la activista mapuche Patricia Troncoso (la "Chepa") depusiera su huelga de hambre. Tras la resolución de la mujer de acabar la huelga, Monseñor Goic emitió la declaración "Gracias a la vida", en que "la Iglesia compromete su palabra y su acción para que [el tema mapuche] lo podamos abordar como sociedad en su conjunto". A fines del año pasado, hizo un llamado a los empresarios a cuidar los empleos durante la crisis. En estos días, su nombre ha sonado como posible mediador en el conflicto entre Gendarmería y el Gobierno.
Frente a la pregunta de El Mercurio sobre qué le dejan estos 30 años como Obispo, responde: "Una profunda gratitud a Dios y pedir perdón por mis limitaciones. Pero también feliz por entregar mi vida a Cristo y a la gente. La historia chilena reciente nos demuestra que el diálogo es la mejor forma para resolver los conflictos sociales. Lo peor que le puede suceder a un país es su ruptura constitucional."
¿Qué le dejan a Chile estos 30 años de Mons. Goic como obispo? Una muestra de que la Iglesia puede ser capax mundi. No quiere decir que la Iglesia solucione todos los problemas del mundo (el mundo nos desborda, como dice Cepe en su comentario al post anterior ), pero sí que la Iglesia tiene algo que decir en un lenguaje accesible a toda la sociedad y aportar su mirada desde la fe, aun a quienes no comparten su credo.
Por eso, sin saber cada cuánto se dará el premio (ni siquiera si se dará de nuevo) ni muchas cosas más, Monseñor Goic se gana el Premio Capax Mundi en esta ocasión. Muchas gracias, Monseñor Goic, por toda su labor.

(foto: tomada de la biografía de monseñor Goic en la página de su diócesis y la medalla de otro lugar)

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Por qué Capax Mundi?

En la Edad Media, una de las ardientes discusiones filosóficas radicaba en si el hombre era capax Dei (capaz de Dios), esto es, si era capaz de saber sobre Dios.

Algunas corrientes postulaban que nada podíamos decir de Dios, pues éste desbordaba absolutamente nuestra razón. Luego, sólo podía decirse algo sobre Dios de manera negativa, lo que Dios no es: Dios no es bueno, generoso, finito, mortal... Dios es mucho más que todo eso (más que bueno, más que generoso, in-finito, in-mortal). Nuestra razón no era capaz de Dios. Eso sí, quedaba la posibilidad de la vía mística, por la cual Dios mismo se daba conocer a alguien por medio de una revelación personal.

Otros, en cambio, afirmaban que el hombre sí era capax Dei o, al menos, lo era en alguna medida. Si bien Dios siempre desborda nuestro conocimiento, hay algo que podemos conocer de Él, puesto que nos ha concedido la facultad de la razón para ello. Así pensaba, por ejemplo, santo Tomás de Aquino.

Todo esto no es más que una introducción para llegar a CAPAX MUNDI. ¡Ah! ¿También era una expresión medieval? No... al menos, no que yo sepa. Pero lo que pasa es que yo veo que hoy, la pregunta por Dios no está en la preocupación de la mayoría de la gente. No es sólo que Dios ha muerto, como dijo Nietzsche, sino que Dios ha muerto y a nadie le importa (Lipovetsky, "La era del vacío").

La pregunta que sí importa es por el mundo. Capax mundi es una paráfrasis de la pregunta medieval de la que hablaba antes: ¿seremos capaces del mundo? ¿Es o será la Iglesia capaz de dar cuenta del mundo de hoy o del mañana? A veces pareciera ser que el mundo desborda a la Iglesia. Se tilda el discurso eclesial de anticuado, coercitivo, extemporáneo. ¿Puede la Iglesia dar una respuesta actual? ¿O es que la da y no se escucha?

De eso se trata este blog, de la relación de la Iglesia y el mundo. Yo creo que la Iglesia puede ser capax mundi, así como su Maestro lo es: una Iglesia que ama y abraza el mundo.
Además, este blog se trata de un trabajo para la Universidad. Como anoto en mi perfil, estudio filosofía en la Universidad Alberto Hurtado. Pero tomé un ramo de Periodismo Digital como electivo y llevaré adelante un proyecto de periodismo en un área específica durante un mes. Como se habrán dado cuenta, ése tema específico será la Iglesia.